
El Runner del Pasito Tun Tun
Siempre me he preguntado qué me llevó a meterme en esta vaina de correr. Lo que empezó como un escape en plena pandemia, cuando el gym estaba cerrado y la única opción era ejercitarse sin contacto, terminó convirtiéndose en parte de mi vida. Al principio salía a caminar con mi perro; luego habilitaron ciertas horas en la mañana pa’ que la gente se ejercitara, pero lo más loco era que nos tocaba correr con tapabocas y mantener distancia. ¡Joda, uno terminaba asfixiado y con el tapabocas oliendo a puro mico endemoniado!
Nunca imaginé que me tocaría vivir una pandemia, y para los que tenemos la enfermedad de moda THDA (Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad), eso fue un martirio, porque nos pica la casa, la calle nos llama. Como me decían mis abuelos cuando era un culicagao: “¿Y ese milagro que llegó temprano? ¿O es que acaso la calle lo botó también?” Un domingo a las 7:00 a.m. ya yo estaba en la calle montando cicla y despertando a mis amigos para salir a jugar.
Pero volviendo al tema del runner, descubrí este deporte y, sin darme cuenta, se convirtió en parte de mi vida. Y no es que fuera el más disciplinado, pero por alguna razón terminé metido en Trailbusters, donde mi coach se encargó de que no me diera por vencido, y claro, la vaina se volvió aún más divertida cuando me junté con mi combo bacano social runner. Porque si algo aprendí es que correr solo es bacano, pero correr con gente que hace chistes a las 5:00 a.m. con el sueño pegado, eso ya es otro nivel de gozadera.
Y bueno, el nombre de “El Runner del Pasito Tun Tun” tiene su historia. En mi mundolandia, detesto correr rápido. Me encanta ir al pasito, disfrutando la música, el ambiente y la habladera de los que, como yo, no nacieron para ir volando pero sí para llegar felices. Antes me acomplejaba, me comparaba con los demás y me daba rabia siempre llegar de último. Ahora, puede que siga llegando al final, pero lo hago relajado, con el pasito tun tun marcando el ritmo y una sonrisa de oreja a oreja.
Gracias a ese pasito tun tun, he terminado tres medias maratones en Miami (la carrera más fashion y espantajoperica del mundo runner). Mi medallero cuelga con orgullo en la pared, aunque lo chistoso es que en todas mis carreras tengo el mismo tiempo y pace. ¡La velocidad no mejora ni con agua bendita, pero qué importa si uno la pasa bien!
Así que, si aún no te animas a correr o piensas que eres muy lento, que te valga tres pepinos lo que piense la gente. Ponte los tennis, arma tu mejor playlist, siéntete el más espantajopo y sal a correr. Porque aquí no gana el más rápido, sino el que más disfruta la ruta.
¡Nos vemos en la meta, siempre al pasito tun tun y con la bacanería al 100%! 🔥🏅